- Se trata de una enfermedad donde las propias defensas de nuestro cuerpo atacan cualquier órgano (enfermedad autoinmune).
- Es 3 veces más frecuente en mujeres y hasta 9 veces más frecuente en caso de que tengas un familiar directo con la enfermedad, principalmente entre los 40 y 75 años de edad, aunque actualmente se detecta en pacientes mucho más jóvenes. El hecho de que las células de las defensas puedan estar en cualquier parte del cuerpo, abre la posibilidad de que cualquier órgano del cuerpo pueda verse afectado por esta enfermedad (ej. ojos, corazón, pulmón, riñón, nervios, mucosas, vasos sanguíneos, etc.).
- Lo más común es que se limite a las articulaciones, ocasionando dolor y aún más característico es la rigidez articular que ocasiona. Tanto el dolor como la rigidez ocurren después de periodos de inactividad (ej. al momento de despertarse) que con el paso del día y la actividad diaria disminuyen en intensidad y en algunos casos desaparece, pero al día siguiente se repite la misma situación.
- Las articulaciones que más comúnmente se ven afectadas son las de los dedos, nudillos, muñecas, codos, hombros, cuello, rodillas y tobillos, que sin tratamiento oportuno llevará eventualmente a deformidad y daño irreparable. Es muy común que un apretón de manos ocasione dolor, o que los anillos no queden, esto debido a la inflamación.
- Esta enfermedad NO es sinónimo de deformidad y dolor permanente. Al igual que muchas enfermedades reumatológicas, el tratamiento oportuno evita las deformidades y elimina el dolor, por lo que una evaluación rápida y eficaz por un reumatólogo se vuelve imprescindible.